Un nombre muy curioso para una de las salas más armoniosas de La Farinera. Antiguamente, allí había unas máquinas que servían de tamizador para separar los subproductos del trigo. Se llamaban Ballarines (“bailarinas”) por la elegancia del movimiento de sus piezas, y nos gustó tanto que hemos querido conservar el nombre. Este espacio destaca por la luz natural y, sobretodo, por las magníficas vistas que ofrece. Es ideal para sesiones fotográficas o, incluso, como espacio de descanso para los invitados de algún evento. Tiene una superficie de 27 metros cuadrados y capacidad para hasta 25 personas, en función de la distribución.
